martes, 29 de agosto de 2017

5 grupos de alimentos que debes evitar si quieres perder peso



Además de evitar los saboteadores más típicos, como los refrescos y la comida basura, es posible que tu cuerpo esté reaccionando a alimentos que suelen pasar por sanos y producen una inflamación crónica en el cuerpo, impidiendo que progresemos con nuestras metas.

Mantenerte activo es un componente crucial en cualquier programa de vida sana, pero saber qué alimentos evitar es el primer paso para lograr tus objetivos de pérdida de peso.

Alimentos azucarados

Cuando se intenta perder peso hay que reducir la cantidad de dulces, postres, bebidas, etc. Pero además de evitar esas bombas de azúcar también es importante evitar los azúcares ocultos. El azúcar se oculta en alimentos como cereales, pan y otros granos, barritas de granola, zumos, bebidas para deportistas y energéticas, barritas y polvos sustitutivos, yogures, bollería, aliños y salsas, fruta seca y muchísimo más.

Estos alimentos cargados de azúcar no solo ralentizarán tu pérdida de peso, sino que también te llevarán a tener antojos, te robarán energía y concentración, dañarán tu sistema inmunológico e incluso aumentarán el riesgo de padecer diabetes. Para evitar consumir alimentos con mucho azúcar, asegúrate de que lees las etiquetas de los alimentos y que conoces todos los pseudónimos del azúcar, como la fructosa, la glucosa, el sirope de arroz, el sirope de maíz y la maltodrxtrina, entre otros azúcares.

Los alimentos procesados son una de las principales razones por las que se gana peso y por las que es casi imposible perderlo. Con alimentos genéticamente modificados, edulcorantes artificiales, productos de soja procesados, aceites vegetales (como el de colza o girasol) y carnes de mala calidad, los alimentos procesados se convierten en amenazas serias para la salud.

Todos estos químicos, antibióticos y disruptores endocrinos crean un desajuste hormonal que contraataca tus esfuerzos por perder peso.

Así que cambia los alimentos envasados por alimentos frescos y orgánicos para perder un par de kilos y mantener una buena salud.

Gluten

Según Beyond Celiac, aproximadamente 18 millones de estadounidenses tienen sensibilidad al gluten. Eso quiere decir que aunque den negativo en las pruebas de celiaquismo, el gluten puede producir respuestas negativas e inflamatorias en el cuerpo. Esta sensibilidad o intolerancia puede ser contraproducente a la hora de perder peso y provocar otros problemas de salud.

Para comprobar la sensibilidad a las alergias más comunes, solo tienes que probar una dieta de eliminación. Elimina el gluten y otros alimentos sospechosos durante unas tres semanas. Después, vuelve a incorporarlos a la vez, comiéndolos diariamente durante 1-2 semanas y llevando un registro de los síntomas. Evitar el gluten puede ser complicado porque se esconde en muchos alimentos. Pero cuando se trata de alimentos horneados es fácil encontrar opciones sin gluten que incluyen almendras, coco o harina de garbanzos.

Lácteos

Los lácteos, como el gluten, son un alérgeno común que causa inflamación. Además, la inflamación es la causa de muchas enfermedades, como la obesidad. Si eres intolerante a la lactosa o tienes alergia a la leche, los lácteos te pueden producir síntomas nada agradables, como la hinchazón o problemas digestivos.

Eliminar los lácteos de la dieta te puede ayudar a saber si tienes sensibilidad a la leche de vaca. Durante la fase de eliminación, recomiendo beber leche de coco, de almendra, de oveja o de cabra, ya que están exentas de hormonas, antibióticos y del intenso procesamiento al que se somete la de vaca. También suelen ser más fáciles de digerir.

Otro punto sobre las dietas de eliminación: hay ocho alimentos que suponen el 90% de las alergias alimentarias. Son la leche, los huevos, los cacahuetes, los frutos secos, el gluten, la soja, el pescado y el marisco. Si quieres intentar llevar una dieta de eliminación para reducir la inflamación, curar el cuerpo y perder unos kilos, es posible que tengas que eliminarlos todos.

Alimentos bajos en grasa

Las grasas se llevan toda la mala fama, pero tomar grasas saludables como las del aguacate, el coco, la mantequilla, la mantequilla clarificada, el aceite de oliva extra virgen y otras fuentes de ácidos grasos omega 3 pueden ayudarte a perder peso. Algunos estudios incluso demuestran que las dietas ricas en grasas queman más calorías que las bajas en grasas.

De hecho, la dieta cetogénica (baja en carbohidratos y alta en grasas) ha ganado en popularidad en los últimos años. Esta dieta funciona porque elimina la glucosa, el combustible que el cuerpo suele usar para tener energía. El cuerpo humano no puede producir glucosa por sí solo y solo tiene unas 24 horas para estar disponible en los músculos y el hígado. Así que una vez que la glucosa ya no está disponible en los alimentos, el cuerpo empieza a quemar la grasa acumulada en lugar de la energía.

Así que no te centres tanto en las grasas y opta por grasas saludables para llenarte, quemar más calorías y tener más energía. La dieta cetogénica quema alrededor de un 40% de grasa, un 30% de proteína y un 30% de carbohidratos, pero estos números pueden variar dependiendo de tus objetivos y de tu forma física.

Si eliminas estos posibles alérgenos de tu dieta, junto con el azúcar y la comida procesada y tomas más grasas saludables, avanzarás mucho más con tus objetivos de pérdida de peso.

Josh Axe es Doctor en Medicina Natural, quiropráctico y parte del Colegio de Ciencias Naturales. También es escritor y se dedica a la nutrición clínica. Le apasiona ayudar a la gente a mejorar usando la alimentación como medicina. Ha publicado títulos como "Eat Dirt and Essential Oils: Ancient Medicine" y trabaja en uno de los portales de salud natural más grandes del mundo: www.DrAxe.com, una página con más de 11 millones de usuarios al mes.

Dieta para adelgazar: siempre personalizada y planificada por un profesional



“La primera pregunta que nos deberíamos hacer es: ¿realmente necesitamos perder peso y cambiar nuestra dieta? Y es clave que esta sea respondida por un profesional de la salud, que es quien debe valorar no solo el peso, sino también los hábitos alimentarios y los factores de riesgo”, afirma Anabel Aragón, responsable de salud y nutrición de Nestlé (España).

Una vez tomada la decisión de perder peso, el plan de alimentación debe ser individualizado. “Es muy difícil que la dieta planificada que le ha funcionado a una persona que conozcamos tenga ese mismo efecto con nosotros, con estilos de vida y hábitos distintos”.

Si el objetivo es adelgazar, debemos saber que ha de hacerse siempre a costa de la masa grasa, nunca de la masa muscular ni a base de agua. Este no es un proceso tortuoso, pero sí requiere tiempo y esfuerzo.

“Uno de los errores más frecuentes es creer que perder peso es una cuestión de corto plazo y que requiere prácticas alimentarias extremas como eliminar por completo algún alimento, modificar el momento de su consumo o incluir alimentos ajenos a nuestra cultura”, cuenta Anabel Aragón.

Dieta milagro

Cada año aparece una nueva dieta que promete ser la definitiva. Pero hay que estar muy atentos: la mayoría de ellas carecen de base científica y efectividad, e incluso contradicen las recomendaciones generales respaldadas por profesionales sobre nutrición, advierte la nutricionista.

Reconocerlas es fundamental dado que seguirlas tiene sus riesgos: no solo no adelgazaremos, sino que estas pueden desencadenar efectos negativos en nuestro organismo.

“Si una dieta promete resultados rápidos, definitivos y sin esfuerzo, si prohíbe o restringe mucho algunos alimentos, si exagera la realidad sobre algún nutriente como los conocidos ´quemagrasas´, si un personaje famoso hace una campaña de comunicación paralela sobre esta afirmando los maravillosos resultados que le ha ofrecido y, sobre todo, si la dieta contradice las habituales recomendaciones de médicos y nutricionistas sin aportar evidencia, es muy probable que estemos ante una dieta milagro“, añade.

Estas dietas, además de no ofrecer resultados de calidad, pueden tener efectos en la salud dado que con ellas no seguimos una alimentación saludable. Además, a menudo generan un efecto rebote tras dejarlas, dado que la rápida pérdida de peso de las primeras semanas es a base de agua y de masa muscular, algo que no debemos perder.

“Una vez se abandonan estas dietas hay una recuperación muy rápida del peso perdido y, en muchos casos, superamos incluso el peso de partida e incrementamos la masa grasa, la más perjudicial”, advierte Anabel Aragón.

Peligros para la salud

La falta de efectividad no es el único problema que presentan estas dietas. “Por un lado van a agravar el riesgo cardiovascular, ya muy elevado en personas que tienen exceso de peso”. Además, pueden provocar déficits nutricionales de vitaminas y minerales y pérdidas excesivas de masa muscular, pudiendo generar estados de desnutrición proteica.

Por otra parte, aquellas dietas que son hiperproteicas pueden producir una sobrecarga renal y hepática. No obstante, no todas las consecuencias de las dietas son fisiológicas.

“Las dietas también pueden desencadenar trastornos de comportamiento alimentario como la bulimia y, sobre todo, de forma generalizada producen frustración y disminución de la autoestima si no conseguimos la meta propuesta, así como efectos emocionales negativos”.

Claves para una dieta adelgazante exitosa

Lo más importante para una correcta dieta de adelgazamiento es que sea planificada por un profesional, individualizada y que tenga en cuenta nuestros hábitos, horarios, preferencias culinarias, cultura y estilo de vida.

El primer paso es ponerse en manos de un experto que diagnostique si existe o no exceso de peso y los riesgos que conlleva, e iniciar una pérdida de peso supervisada.

También es fundamental “animar a la persona para mejorar la adherencia y la educación alimentaria para marcar objetivos realistas y evitar el efecto yoyó”.

Siempre hay que prevenir la ganancia de peso perdido al terminar la dieta y, ante todo, reducir el riesgo asociado al exceso de peso, que puede ocasionar diabetes, hipertensión y colesterol alto.

“El objetivo ha de ser mejorar la capacidad funcional y no tanto el aspecto estético”, señala la experta en nutrición.



RECOMENDACIONES PARA PERDER PESO

No obstante, aunque se recomienden tratamientos personalizados e individualizados, existen algunos consejos generales para reducir el exceso de peso.

Anabel Aragón recomienda distribuir los alimentos en varias ingestas al día, llevar un horario regular y no dejar pasar mucho tiempo entre una comida y otra. Además, sugiere comer despacio, masticando muy bien los alimentos y siendo conscientes de este proceso. Un truco para hacer esto es dejar los cubiertos en la mesa mientras se mastica.

Además, es aconsejable servir los alimentos en platos más pequeños de los habituales, limitar la ingesta de bebidas alcohólicas, azucaradas y de bollería.

También se recomienda que los lácteos sean desnatados y sin azúcar añadido, e incluir una ración de hortalizas crudas o cocinadas tanto en la comida como en la cena. Incluir legumbres dos o tres veces a la semana cocinadas de forma ligera, evitando las carnes más grasas.

En cuanto a los hidratos de carbono, se recomienda recurrir a las variedades integrales. De postre, siempre fruta. También es muy beneficiosa la ingesta de pequeñas cantidades de frutos secos como tentempié o en ensalada.

En cuanto a las carnes, consumir siempre las que tienen menos grasa como la de ave o conejo, o desgrasarlas antes de cocinarlas. No obstante, es aconsejable preferir pescados antes que carnes y variar entre blancos y azules.

Los métodos de cocinado deben ser ligeros, como el vapor, la plancha o el horno. En cuanto a aceite de preferencia, indiscutiblemente este debe ser de oliva. Y, como siempre reitera Anabel Aragón: la bebida de elección debe ser siempre el agua.

lunes, 7 de agosto de 2017

Efectos de la obesidad


El cuerpo experimenta cambios peligrosos
El doctor Elías Vidaurre explica que la obesidad es una condición en la que una alta cantidad de la grasa corporal incrementa la probabilidad de padecer problemas de salud. Las personas que los padecen tienen los siguientes síntomas: azúcar alta en la sangre o diabetes, presión arterial alta y nivel alto de colesterol y triglicéridos en la sangre.

A tomar en cuenta
Las mujeres con una medida de cintura mayor a 35 pulgadas (89 cm) y los hombres mayor a 40 (102 cm) pulgadas tienen un aumento del riesgo de cardiopatía y diabetes tipo 2. Las personas con cuerpos “en forma de manzana” (la cintura es más grande que sus caderas) también tienen un aumento del riesgo de estas afecciones.
Vidaurre indica que tener un factor de riesgo no significa que se contraerá alguna enfermedad, pero aumenta la probabilidad de que esto suceda. “Algunos factores de riesgo, como la edad, la raza o los antecedentes familiares de una persona no se pueden modificar. Cuantos más factores de riesgo tenga usted, mayor será su probabilidad de presentar la enfermedad o el problema de salud”, asegura.
Si tiene obesidad, su médico le puede ayudar a comenzar un programa de pérdida de peso. “Una meta inicial de bajar del 5 al 10% de su peso actual reducirá su riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con la obesidad”, aconseja el médico.
Dejar de respirar durante el sueño es uno de los síntomas de obesidad
La obesidad ocasiona ataques cardiacos y accidentes cerebrales
Los problemas óseos y articulares pueden llevar a tener osteoporosis

martes, 1 de agosto de 2017

La ganancia de peso en la adultez aumenta el riesgo de enfermedades

La mayoría de los adultos aumentan de peso a medida que envejecen, pero una ganancia de apenas cinco kilos podría aumentar de manera significativa el riesgo de enfermedades, afirmaron investigadores estadounidenses.

Científicos de la universidad de Harvard descubrieron que incluso una modesta ganancia de kilos en edad adulta "estaba asociada a una elevada incidencia de enfermedades crónicas mayores como diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, cáncer y muertes no traumáticas", dice el estudio publicado en el Journal of the American Medical Association.

"Nuestro estudio es el primero de su tipo en examinar sistemáticamente la relación en el aumento de peso en la mediana adultez con riesgos a la salud", dijo el autor Frank Hu, profesor de nutrición y epidemiología en la universidad de Harvard.

"Los resultados indican que incluso un pequeño aumento de peso puede tener importantes consecuencias para la salud", añadió.

El estudio se apoyó en datos de estudios realizados a más de 92.000 personas entre 1976 y 2012.

Los participantes reportaban los kilos que habían ganado desde que tenían 18 años (las mujeres) y 21 años (los hombres) hasta que cumplían 55, una edad que los investigadores califican de "adultez media".

La mayoría de las personas había aumentado de peso en ese período. Las mujeres un promedio de 10 kilos y los hombres 8,6.

Pero si se comparaba a este grupo con aquel que integraban los que habían logrado mantener una diferencia no mayor a 2,3 kilos entre su juventud y su adultez media, los que habían ganado más kilos enfrentaron más problemas de salud, desde enfermedades del corazón a un envejecimiento con más achaques