domingo, 30 de octubre de 2016

Quería ser la más obesa del mundo y pesó 323 kg

Patty Sánchez pasó años subiendo de peso gracias a su ex novio que gozaba viéndola comer. Actualmente, ha bajado cerca de 120 kilos luego de trabajar duro en sus entrenamientos junto a su nuevo novio 14 años menor que ella.

Ella sufre de obesidad mórbida aspiraba a convertirse en la mujer más gorda del mundo, luego de estar por años con un sujeto que disfrutaba alimentarla a diario, y una vez terminado su romance, la mujer creyó que el amor ya era cosa del pasado, indicó Patty al medio inglés The Mirror.
Curiosamente la vida la sorprendió, y conoció a Bryan Johnson, un sujeto de 38 años, que le brindó una nueva oportunidad para creer en el amor, por lo que decidió comenzar a bajar de peso.
La mujer llegó a pesar 323 kilos en su etapa más crítica, y ya ha logrado bajar 120, con la ayuda de su novio y gracias a una serie de ejercicios diarios. “Bryan ha cambiado mi vida. Nunca sentí un amor como este. Él me mantiene en movimiento y activa. Antes era demasiado gorda para hacer cualquier cosa pero ahora recuperé el entusiasmo por tener mi vida de vuelta”, indicó Patty al medio inglés The Mirror.


sábado, 15 de octubre de 2016

La OMS propone un remedio contra la obesidad



La Organización Mundial de la Salud explica que la obesidad se ha duplicado entre 1980 y 2014, afectando a un 39% de los adultos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha llamado a los gobiernos del mundo a impulsar políticas fiscales para combatir la obesidad, la diabetes y la caries dental. Concretamente, la OMS ha instado a incrementar los precios de bebidas azucaradas como refrescos, energéticas y zumos de frutas.

Con motivo del Día Mundial de la Obesidad, la entidad internacional dependiente de la Organización de las Naciones Unidas ha revelado que la obesidad se ha duplicado a nivel mundial entre 1980 y 2014.

Asimismo, la entidad dependiente de Naciones Unidas ha asegurado que un incremento del 20% en los precios al por menor de las bebidas azucaradas resultaría en una reducción proporcional a su consumo.

En su reporte titulado 'Medidas fiscales para la dieta y prevención de enfermedades no transmisibles' sobre nutrición y políticas fiscales, se afirma que la reducción en el consumo traería consigo beneficios y mayores ingresos para los gobiernos, lo que permitirá ahorrar en los servicios de salud.

En el citado documento, la OMS también ha esgrimido la "fuerte evidencia" de que subsidiar el precio de la fruta fresca y las verduras puede ayudar a mejorar la dieta.

En reacción, el Consejo Internacional de Asociaciones de Bebidas, que representa a Coca Cola y Pepsi, ha manifestado su decepción con la propuesta de la OMS de imponer un "gravamen discriminatorio exclusivamente a ciertas bebidas" como solución a "un desafío muy real y complejo en torno a la obesidad".

En México no se hicieron esperar las reacciones y de acuerdo con información del Poder Legislativo, el pasado 11 de octubre el Congreso mexicano abrió un debate para determinar si se hará efectivo el incremento del impuesto de la mano de los legisladores Armando Ríos Piter, Martha Tagle, Zoé Robledo, Clemente Castañeda y Carlos Lomelí.

Se espera que el Legislativo invite a los debates a representantes de la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC), de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), del Consejo Mexicano de la Industria del Productos de Consumo (ConMéxico) y a directivos de Coca-Cola México y Pepsico para conocer sus posicionamientos.

martes, 11 de octubre de 2016

Coca Cola y Pepsi pagan para tapar vínculos con la obesidad

Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Boston y publicado en la revista científica American Journal of Preventative Medicine revela que los fabricantes de refrescos, Coca-Cola y PepsiCo, financiaron a 96 organizaciones promotoras de la salud en Estados Unidos con el objetivo de minimizar la concienciación sobre el vínculo entre las bebidas azucaradas y la obesidad.

El objetivo era "mejorar" la imagen de los refrescos y restar apoyos a las leyes que limitan su consumo, dice el estudio. "Al aceptar financiación de estas empresas, las organizaciones de salud participaron sin saberlo en sus planes de marketing", resaltan los autores.

El desglose de los datos permite saber, además, que 12 organizaciones aceptaron financiación de ambas compañías, mientras 83 compañías recibieron dinero únicamente de Coca-Cola Company. Dos de las organizaciones que figuran en la lista del informe son la Asociación Americana para la Diabetes y la Fundación para la investigación de la Diabetes Juvenil, cual es un caso llamativo dentro esta paradójica relación entre productores de alimentos nocivos para la salud y las organizaciones sanitarias, ya que la diabetes está altamente relacionada con este tipo de bebidas. La investigación busca arrojar luz sobre la naturaleza, extensión y consecuencias del patrocinio de las compañías de refrescos sobre las organizaciones médicas de EEUU, así como los gastos de presión política que estas compañías han ejercido sobre legislaciones de salud pública relacionadas con la nutrición entre 2011 y 2015. De estos, 12 propuestas legislativas pretendían aumentar los impuestos sobre las bebidas azucaradas, 4 eran sobre regulaciones del Programa de Asistencia de Nutrición Suplementaria, 3 aludían a reglamentos publicitarios, una era relativa al límite de tamaño de esas bebidas en Nueva York, y otro era un proyecto de ley para extender las etiquetas de advertencia sanitaria de los cigarrillos a este tipo de bebidas. De las 96 organizaciones patrocinadas, había 63 de salud pública, 19 médicas, 7 fundaciones de salud, 5 gubernamentales, y 2 grupos de suministro de alimentos, reseña EFE.

Uno de los co-autores del estudio, el doctor Michael Siegel, en declaraciones a RT recomiendó a estas organizaciones sanitarias buscar otras vías de financiación.

Se calcula que Coca Cola Company invirtió unos 6.000 millones de dólares en cabildeo, mientras que PepsiCo invirtió 3.000. “Estas acciones prueban un interés prioritario en el beneficio económico, en detrimento de la salud pública”, concluye el estudio.