jueves, 3 de julio de 2014

Nutrición en tus 40s

A esta edad las hormonas empiezan a jugarnos malas pasadas, sobre todo con la llegada de la menopausia, cuando la producción de estrógenos desciende y el organismo tiene más problemas para metabolizar las grasas. Según vayas cumpliendo años puede que cada vez tengas que controlar más tu dieta.

A partir de esta edad muchas mujeres afirman que, aun no comiendo casi nada, no consiguen adelgazar. Además, el reparto de la grasa en el cuerpo cambia en esta etapa, acumulándose más en la zona abdominal.

1. Pequeñas ingestas. Para no comer en exceso e incluso reducir las cantidades pero no pasar hambre lo ideal es hacer más comidas al día de alimentos sanos y ligeros. Tienes que aliarte con el hambre y comer algo cada vez que aparezca, más o menos cada tres horas. Lo importante es elegir bien: una fruta ligera, un yogur desnatado, una lata de atún al natural, una infusión con tres o cuatro nueces…

2. Más proteínas. Si a los treinta era importante potenciar su consumo, más aún a partir de los cuarenta, ya que, si son de calidad, te aportan pocas calorías, te ayudan a controlar el hambre, favorecen la regeneración de los tejidos y alimentan tu masa muscular. Pero cuidado, si piensas hacer alguna dieta proteínica, acude a un especialista o consulta a tu médico de cabecera antes, podrías ocasionarte problemas de salud y un efecto rebote.

3. Comida ecológica. Como seguramente a esta edad te preocupe tu salud además de tu línea, te recomendamos introducir en tu dieta alimentos más saludables, libres de aditivos, azúcares añadidos o grasas saturadas.

4. Infusiones. Son buenas aliadas de tu salud y tu peso. El té verde te aportará muchos antioxidantes y te ayudará a metabolizar las grasas. El diente de león depurará tu hígado y tu organismo. La salvia es ideal para equilibrar tu sistema hormonal y combatir los males propios de la menopausia.

5. Soja y tofu. Además de tener un beneficioso efecto sobre tus hormonas, puede ser una buena alternativa a la leche de vaca y a la carne. En esta etapa podrás eliminar muchas grasas de tu alimentación si te pasas a la leche de soja o avena. Puedes encontrar venidas vegetales con calcio añadido u obtenerlo de los frutos secos, el pescado azul o el sésamo.

Alimentos para luchar contra la grasa

Estudios revelaron 7 alimentos esenciales cuyos nutrientes benefician la salud al prevenir el desarrollo de múltiples enfermedades y luchar contra la grasa del cuerpo después de los 40 años.

ALIMENTO 1: Agua con limón. Un estudio realizado en mujeres comprobó que quienes reemplazaron las bebidas endulzadas por agua con limón, perdieron en promedio 1.3 kg más al año que quienes no efectuaron el cambio. Además, reducir el consumo de refrescos mejora la salud ósea, lo cual previene la osteoporosis, enfermedad muy frecuente después de los 40.

ALIMENTO 2: Fibra. Una investigación británica ha encontrado que las mujeres que llevan una dieta rica en fibra y que concentra los carbohidratos en el desayuno queman dos veces más grasa durante el ejercicio realizado después, en comparación con una dieta elevada en carbohidratos refinados.

ALIMENTO 3: Linaza. No sólo es rica en fibras y grasas saludables, sino que algunos estudios han demostrado que los síntomas de los cambios hormonales se reducen con su ingesta. Incluso, su alto aporte de fibra permite calmar más rápido el apetito y reducir la ingesta de alimentos.

ALIMENTO 4: Nueces. Un estudio realizado en Australia comprobó que la ingesta de 8 a 10 unidades de nueces por día permite perder más peso y grasa corporal que si simplemente llevamos una dieta hipograsa. Además, ayuda a mantener a raya el almacenamiento de grasa y reduce los niveles de insulina en sangre.

ALIMENTO 5: Condimentos picantes. No sólo se sabe que incrementan el metabolismo y acentúan el gasto calórico, sino que un estudio observó que tras una comida picante se reducen los niveles de insulina y por ello, se disminuye el almacenamiento de grasas en el organismo en alrededor de un 32%.

ALIMENTO 6: Canela. Se ha confirmado que la canela reduce levemente los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre, por lo tanto, beneficia la salud cardiovascular.

ALIMENTO 7: Salmón. Aporta grandes cantidades de vitamina D y calcio al organismo, nutrientes esenciales después de los 40, ya que no sólo previenen afecciones óseas sino que se ha comprobado que las mujeres de más de 50 años que toman suplementos de calcio y vitamina D suben menos de peso tras la menopausia. Otros estudios muestran que sin suficiente aporte de vitamina D, la leptina, hormona que regula el apetito, no puede hacer bien su trabajo.


Anorexia a los 40

Los casos de trastornos de la conducta alimentaria, la mayoría en mujeres, han aumentado en los últimos años en las dos franjas extremas de edad, tanto en las adolescentes como a partir de los 30 años.

Montserrat Sánchez Povedano, directora del Instituto de Trastornos Alimentarios (ITA) de Barcelona, explica que en España el “boom” de la anorexia se produjo en los años 80 y 90 y las niñas afectadas de entonces son ahora las mujeres adultas cuya enfermedad se ha cronificado.

“El trastorno alimenticio surge como “una forma de evitar un conflicto al que no saben dar respuesta. Es un refugio y en lo único que creen que tienen un cierto control. Están evitando enfrentarse a la vida, una vida que les impone un sufrimiento”, explica el psiquiatra y director asistencial del ITA, Gustavo Faus.

Los expertos también aluden como desencadenante principal el “miedo a la vida, a tener una identidad sin la enfermedad, a encontrarse con ellas mismas, a salir a la vida sin la muletilla” del trastorno.

Aunque no es habitual que la anorexia aparezca de repente en la edad madura, sí puede ocurrir que la enfermedad haya podido permanecer silente durante unos años en los que la mujer ha logrado formar una familia, ejercer un trabajo, vivir en sociedad. Sin embargo, la anorexia puede volver al acecho ante cualquier revés o, incluso, ante un reto.

“Pueden ser muchos los motivos vitales, no solo la crisis de los 40: un fracaso sentimental; un despido en el trabajo; la muerte de la madre; una enfermedad; la llegada de la menopausia…Algo que supone una ruptura muy fuerte en su vida”, señala el experto.

“Son personas que ya estarían predispuestas a sufrir la enfermedad, tanto desde los aspectos genéticos, como por los rasgos de personalidad: baja autoestima, perfeccionismo, elevado nivel de autoexigencia y necesidad de reconocimiento y aprobación. Son vulnerables”.

Estas mujeres también tienen un seguimiento físico ya que las secuelas pueden ser muy graves, especialmente en la madurez: vejez prematura, menopausia precoz, problemas del aparato digestivo, hormonal y osteoporosis.

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