La salud se consolida variando las comidas e incluyendo todos los nutrientes primordiales en nuestro menú cotidiano. Es reconocido que los alimentos que ingerimos juegan un rol esencial en el bienestar del organismo.
Ciertos elementos de la alimentación permiten construir nuestro cuerpo y ayudarlo a funcionar óptimamente. Es necesario consumir nutrientes diferentes para mantenerse saludable, ya que cada uno tiene un rol específico y ninguno puede cubrir las funciones del otro. Por eso, es primordial comer alimentos variados para satisfacer las necesidades nutricionales.
GLÚCIDOS
SIMPLES
Son asimilados por el organismo en poco tiempo, ya que se digieren rápidamente. Por lo tanto, constituyen una fuente de energía rápida y son particularmente eficaces para aguantar un esfuerzo físico intenso. Sin embargo, es esencial consumirlos con moderación, ya que los excesos favorecen a la obesidad y la diabetes de tipo 2. Se encuentran en la leche, maíz, miel, frutas, jugos industriales, postres, gaseosas, entre otros.
GLÚCIDOS
COMPLEJOS
Constituyen la principal fuente de energía del organismo. El cuerpo los asimila más lentamente y tienen menos efectos nefastos sobre la salud y el sobrepeso que los glúcidos simples. Los principales componentes de estos glúcidos complejos son el almidón y el glicógeno. El primero es de origen vegetal y se encuentra en los feculentos como los cereales, pan, fideos, arroz, leguminosas y papas. Por otro lado, el glicógeno es de origen animal y está presente principalmente en la carne roja.
FIBRAS
ALIMENTICIAS
Son glúcidos complejos de origen vegetal que no son fácilmente digeridos por el organismo. Se encuentran en los granos, leguminosas, verduras y frutas. Estas fibras alimenticias son particularmente benéficas para la salud, ya que retienen el agua. Además, limitan la absorción de algunas sustancias como el colesterol y procuran la sensación de saciedad, lo que contribuye a luchar contra la obesidad y algunas enfermedades cardiovasculares. Asimismo, aumentan el volumen de las heces y las ablandan. Esto facilita el tránsito intestinal y reduce los riesgos de desarrollar hemorroides o de sufrir grietas anales y cáncer del colon.
LÍPIDOS
Son almacenados en el tejido adiposo. Consisten en una reserva de energía y aislantes térmicos. Se distinguen los ácidos grasos saturados e insaturados. Los primeros se encuentran principalmente en las grasas. Una ingesta excesiva de ácidos grasos saturados aumenta el colesterol sanguíneo y las enfermedades cardiovasculares. En cuanto a los insaturados, están presentes en los aceites vegetales, palta, pescados, granos y nueces. Si se consumen moderadamente, tienen un efecto benéfico sobre la salud y disminuyen la tasa de colesterol sanguíneo. Por otro lado, los omega 3 son ácidos grasos insaturados esenciales que tienen un efecto protector contra las enfermedades cardiovasculares y afecciones inflamatorias como la artritis.
VITAMINAS
Están presentes en baja cantidad en el organismo. Sin embargo, son indispensables para el funcionamiento óptimo de nuestro cuerpo, ya que intervienen en numerosas funciones como el metabolismo, división celular, crecimiento, coagulación, entre otros. Excepto por las vitaminas B3 y D, las cuales pueden ser sintetizadas por el organismo, las vitaminas deben ser aportadas a través de la alimentación. Toma en cuenta que una carencia de las mismas puede acarrear severos problemas de salud.
PROTEÍNAS
Intervienen en la estructura del organismo y participan en su funcionamiento, ya que mejoran la contracción muscular, conducción nerviosa e inmunidad. Las proteínas son fabricadas a partir de ácidos aminos, los cuales resultan de la digestión de las proteínas contenidas en los alimentos. La carne, pescado, huevos y productos lácteos constituyen las principales fuentes de proteínas animales. Las vegetales se encuentran preferentemente en los cereales, nueces, granos y leguminosas. Un aporte insuficiente de proteínas puede causar problemas de crecimiento, debilidad general, atrofia de los músculos, mientras que un exceso de las mismas suele incrementar el sobrepeso y los riesgos de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
MINERALES
Son elementos químicos inorgánicos indispensables para el organismo. Se distinguen los macroelementos y los oligoelementos. Los primeros se encuentran en cantidades relativamente importantes en el cuerpo. Incluyen el fósforo, potasio, calcio, magnesio, sodio, cloro y azufre. Entran en la composición de los huesos, dientes, sangre, saliva, sudor, orina y participan en numerosas reacciones del metabolismo. En cuanto a los oligoelementos, encontramos el hierro, yodo, selenio, zinc, cobre, manganeso y flúor. Ayudan en la composición de elementos, síntesis de hormonas y regulación de algunas funciones del cuerpo.
ANTIOXIDANTES
Son sustancias capaces de neutralizar el exceso de radicales libres producidos por el metabolismo. Estos radicales libres contribuyen a acelerar el envejecimiento cutáneo y celular, además de aumentar los riesgos de desarrollar enfermedades cardiovasculares, cánceres, demencias, entre otras. Los principales antioxidantes son compuestos fenólicos, es decir, sustancias producidas por las plantas, vitaminas A, C y E, selenio y zinc. Por eso, es primordial consumir alimentos ricos en estos nutrientes para preservar el cuerpo.
LOS ALIMENTOS, la base fundamental de una sociedad sana
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F. Andres Sabat
Editor Salud
El ámbito de la alimentación es uno de los objetos principales de importantes debates en la sociedad debido a diferentes trastornos, obesidad, higiene, carencias, entre otros. De hecho, se destacan cada vez más las relaciones que existen entre la alimentación y la salud.
Una conducta alimenticia sana permite reducir los riesgos de contraer o desarrollar enfermedades graves como cánceres, afecciones cardiovasculares y sobrepeso. Advertir e informar a la población es actualmente una acción que se expande en el mundo entero. Generalmente, los gobiernos y las asociaciones sanitarias realizan un excelente trabajo en este ámbito. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una alimentación inadecuada y el sedentarismo son importantes factores de riesgo para desarrollar enfermedades crónicas. Los informes de expertos internacionales y nacionales, así como los datos científicos actuales contienen recomendaciones sobre la cantidad de nutrientes y ejercicios físicos aceptables para prevenir las principales enfermedades no transmisibles.
Se debe equilibrar el aporte energético para conservar un peso normal. Es también importante limitar el consumo de grasas, reemplazándolas por frutas, verduras, leguminosas, cereales y frutos secos. Asimismo, se debe reducir la ingesta de azúcar y sal. La OMS insiste tomar en cuenta estas recomendaciones para elaborar políticas nacionales y consejos dietéticos, los cuales tienen que adaptarse a la situación local.
Por otro lado, como es establecido que los hábitos alimenticios conciernen a la sociedad en la cual vivimos, es primordial actuar en las escuelas. De hecho, se deben fortalecer los programas escolares de alimentación sana para luchar contra las conductas alimenticias inadecuadas en los niños. Por ejemplo, es interesante limitar o destituir completamente la comida chatarra durante el recreo y reemplazarla por la repartición de frutas y productos lácteos. En Bolivia, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) concibió la implementación de un nuevo modelo de gestión de la alimentación escolar, el cual favorece el desarrollo económico local. Su objetivo es sensibilizar a los alumnos a consumir productos sanos en la escuela y el hogar, incluyendo en la merienda alimentos elaborados por productores locales. Asimismo, el PMA tiene otra meta que es poner en funcionamiento huertos e invernaderos escolares en los cuales los alumnos y maestros produzcan alimentos frescos para complementar las meriendas escolares.
Por lo tanto, es esencial sumarse a estas iniciativas y programas para que la sociedad en su conjunto entienda la importancia que tiene la alimentación sobre la salud y así, limitar el desarrollo de diversas afecciones.
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