Una dura jornada de trabajo hace que cuando llegue la hora de cenar elija lo primero que encuentre; un error muy común pero no el único, pues existen otras conductas a evitar y algunas recomendaciones a la hora de sentarse en la mesa.
Según los expertos, la cena aporta cerca del 30% de la ingesta diaria de alimentos. Por ello no debe ser una cena excesiva, cuando se come mucho el proceso de depuración que hace el organismo en la noche se ralentiza y se hace más pesado, lo que dificulta el sueño.
Lo ideal es una cena ligera pero completa; es un momento perfecto para incluir alimentos olvidados el resto de la jornada.
Para facilitar la digestión, las técnicas de cocina deberán ser suaves, es decir alimentos hervidos, cocidos, a la plancha, en wok.
Además, es importante cenar a una hora prudente para que el cuerpo haga la digestión antes de acostarse.
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