jueves, 30 de enero de 2014

El “thigh gap”

Es la última moda de pérdida de peso entre las jóvenes: se trata de tener las piernas tan delgadas que, al juntarlas, se vea un espacio entre las piernas, una absurda obsesión que puede llevar a la anorexia o la depresión. Se trata del “thigh gap” y en Tumblr, Pinterest, Instagram y Facebook, abundan las fotos de muslos absurdamente delgados y de una delgadez a veces insoportable, que publican mujeres jóvenes, ávidas de mostrar su éxito al emular a las modelos o, en algunos casos, sus trágicos fracasos.

“Mi ‘thigh gap’ (espacio entre los muslos) es enorme, estén celosas, chicas”, escribe en Tumblr ‘foster-the-beatles’, mientras en la misma red social ‘skinnysizezero’, afirma: “Juntas podemos ser flacas, tener una talla 32 con un espacio entre muslos hermosos y un vientre plano”.

Esta obsesión no es nueva, pero está amplificada por las redes sociales donde decenas de sitios, cuentas o páginas de Facebook ofrecen planes o ejercicios para conseguir el anhelado thigh gap.

“Ese espacio entre las piernas es realmente algo muy difícil de lograr”, explica a la agencia AFP Barbara Greenberg, una psicóloga de EEUU, especialista en adolescentes, porque es “una cuestión de estructura ósea” que pocas mujeres presentan.

Para una adolescente, ese tipo de obsesión “poco realista” significa “tener que morirse de hambre”, agrega la psicóloga.

¿#Thinspiration?

Toda esta obsesión por el “thigh gap” y ahora desde enero el “Bikini bridge” (cuando una mujer está tan delgada que, entre los huesos de la cadera, la braguita del bikini forma un puente sobre el vientre cóncavo), son parte de un fenómeno absurdo y ridículo llamado “thinspiration”, que causa furor en las redes sociales.

El bikini bridge sería sólo la enésima etiqueta enfermiza del fenómeno thinspiration, que surge de la fusión de las palabras, en inglés, thin e inspiration, “delgado” e “inspiración”. El bikini bridge, término que existe al menos desde 2009, es algo que presentan las mujeres muy delgadas y, por tanto, una malsana aspiración que millones de otras mujeres quisieran ver en su anatomía. Como el thigh gap que causó furor en 2013, hasta el punto de que, en una conocida clínica estética londinense, aumentó en un 240% la demanda de una intervención que elimina la grasa de la parte interna de los muslos.

Una plegaria absurda

Miles de mujeres (muchas adolescentes y también muchas otras jóvenes adultas), son bombardeadas con imágenes “thinspiration”, que las incita a ser delgadas a cualquier costo, yendo a extremos y siguiendo regímenes que “provocan rápidamente trastornos alimentarios”, apunta Greenberg, e incluso, según los especialistas, daños físicos en el cerebro o los huesos, depresión y comportamiento suicida.

Este ideal de delgadez –“flacas en todas partes excepto en los pechos”- se propaga en las revistas, en la televisión y en las películas, señala Shannon Snapp, socióloga de la Universidad de Arizona, quien insta a los consumidores a no comprar esa idea.

“El mensaje es claro: ‘Si te pareces a eso, serás aceptada y hermosa’”, añade la socióloga, para quien “las adolescentes son probablemente las primeras en sufrir la presión” pues “por primera vez se las compara con mujeres adultas”. Natalie Boero, socióloga de la Universidad Estatal de San José, California, coincide con Snapp. Estas obsesas de la delgadez “buscan ser aceptadas socialmente” y “saben que en una sociedad machista, su cuerpo es una moneda y quieren aumentar lo que ellas creen que es su valor social”, analiza.

Ser flaca, un tema de estatus social

Pero las adolescentes no siempre lo ven así. Una chica, ‘mannddda’, declara en Tumblr: “Odio cuando la gente me dice que soy tonta por querer una espacio entre muslos y ser delgada. No es para nadie más que para mí. Quiero mirarme en el espejo y estar contenta, para MÍ”. Sin embargo, “los estudios demuestran que (los varones) prefieren un poco más de carne”, añade Abigail Saguy, socióloga de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).

Para esta especialista de la imagen corporal, la delgadez es cada vez más un tema de estatus. “Ser delgada es una manera de señalar una clase social alta”, dice. Pero, peor que eso: “La gordura no sólo denota una baja clase social, sino que también puede predecir una baja clase social”.

“Los estudios muestran que las niñas y las mujeres más gordas tienen menos probabilidades de conseguir trabajo y cuando lo consiguen, se les paga menos”, dice Saguy, agregando que las mujeres con sobrepeso también tienen menos probabilidades de casarse.

Sin embargo, ya existe un movimiento contra el “espacio entre muslos”, con chicas que se burlan de esa obsesión en las mismas redes sociales que ensalzan este ideal.

Thinspo y las “princesas” enfermizas

La thinspiration o thinspo tiene muchas fórmulas. El uso de imágenes de mujeres muy delgadas como un estimulo motivacional para adelgazar es escalofriantemente habitual de las páginas pro-ana (en varios sitios en Internet, a la anorexia se le llama “ana” y a las webs que las promueven, “pro-ana”; y a quienes rinden culto a esto, se las llama “princesas”): el 85% de ellas recurren a la thinspiration como forma de motivar para adelgazar cueste lo que cueste. En las fotos, a veces planos de cuerpo entero, a veces partes concretas del mismo, como unas costillas marcadas o el propio thigh gap, pueden aparecer las propias “princesas” o las modelos y actrices a las que desean parecerse.

En definitiva, el mundo cibernético es propagador global de ciertas tendencias y obsesiones, en este caso de lo más alarmantes y dañinas, que incitan comportamientos malsanos en mujeres. /

MUJERES REALES

Así como hay tendencias y mujeres que siguen lo absurdo, hay mujeres inspiradoras que quieren hacerle guerra a esta alarmante obsesión y ser ejemplo de una vida saludable y una belleza natural. Una de ellas es la actriz Jennifer Lawrence, un modelo a seguir para adolescentes y mujeres de todos los tamaños.

Ella resiste la cultura de la dieta y presión por ser extremadamente delgada. “Si alguien trata de susurrar la palabra ‘dieta’, yo pienso, ‘Ándate a la mierda’”, dice Lawrence en una entrevista a Harper’s Bazaar.

Por su parte, la top model de talla grande (en realidad, talla normal), Robyn Lawley, asegura al Daily Beast: “¿Por qué quisiera matarme de hambre y debilitar mi cuerpo natural? No digo que las mujeres que son delgadas de manera natural no son atractivas. Pero tendría que cambiar toda mi estructura para alcanzar algo que parece tan trivial”, dice.

“Lo último que quiero es que mi futura hija pase hambre porque piensa que un ‘thigh gap’ es lo necesario para verse o considerarse atractiva. Tenemos el poder de cambiar las percepciones sobre la imagen corporal—y tenemos el poder de detener tendencias dañinas como el ‘thigh gap’”, asegura la modelo y blogguer.



QUICKIE

Admira, ama y cuida tu cuerpo. Recuerda que ser “flaca” no significa estar en forma, ser sexy ni saludable. Tener unas piernas formadas por músculo es mucho más saludable y sexy.

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