viernes, 9 de agosto de 2013

Una dieta a base de sueño



La falta de sueño altera la eficacia de una dieta. El hecho de dormir poco aumenta en sesenta por ciento lo que perdemos de masa magra y disminuye la pérdida de masa grasa. Por eso, es de primera importancia tener un tiempo de sueño suficiente. De hecho, un adulto debe dormir entre 7 y 9 horas por noche. Si duerme menos, los riesgos de aumentar de peso son inevitables, ya que ningún régimen alimenticio resulta eficaz aunque sea muy restrictivo. Asimismo, muchas personas estresadas no logran enflaquecer. También el dormir mejor ayuda a mantener el peso y evitar posibles subidas del mismo en un corto plazo.

Además, la falta de sueño aumenta la sensación de hambre y se convierte en una tentación para comer fuera de las horas establecidas.

Un sueño de calidad permite renovar su energía para el día siguiente y reduce la ansiedad y el estrés. Ya que la dieta es un factor de estrés y aumento de nervios, intenta pensar en otras cosas antes de acostarte. Cena una sopa y evita las sustancias excitantes como el café, té o tabaco. Date el gusto de un baño relajante con música para alejar todas las fuentes de estrés.

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