lunes, 8 de julio de 2013

Video Álex va al quirófano para sacarse el peso de 200 kilos



A sus 37 años pesa más de 200 kilos. Álex Barrientos Rodríguez fue ‘gordito’ desde niño, pero nunca pensó llegar a pesar tanto. La obesidad no solo lo hizo presa de discriminación, sino que él mismo siente vergüenza hasta de salir a compartir con su hija de 19 años o con sus amigos, por lo que su vida social se reduce a su casa.

Hoy, Álex está dispuesto a jugárselas en el quirófano por una cirugía gástrica que promete cambiarle la vida y, sobre todo, prolongársela y evitar la complicación con enfermedades que pueden causarle la muerte.

Desde hace unos meses se convirtió en taxista para ganarse la vida, pero por mucho tiempo se la batió como cajero de karaokes. Álex, un hombre jovial, confiesa que le gusta cantar y juntarse con los amigos, pero desde hace unos años no lo hace porque se siente incómodo. “Como ahora usan mucho esas sillas plásticas, de repente paso vergüenza como alguna vez sucedió, cuando me senté y la silla se quebró. Incluso mi hija me invita a salir a tomar un helado, pero prefiero quedarme. Uno no puede hacer cosas que hacen los flacos como ir al cine o subir a un micro”, relata.

La voz se le entrecorta y hasta le brotan las lágrimas cuando recuerda el día en que su única hija se graduó de bachiller. “Tenía sentimientos encontrados, uno de alegría porque estaba graduándose y otro de vergüenza porque no quería ir por el qué dirán de su papá. Yo casi nunca entraba al colegio, solo la dejaba y la recogía, pero no bajaba, para que no se sintiera de repente avergonzada”, dice con voz baja y guarda silencio mientras se seca las lágrimas.

El ‘sueño’ anhelado

Hace algunas semanas, Álex se enteró por EL DEBER de la campaña solidaria del hospital Japonés y que incluye cirugías para personas obesas. No dudó ni un minuto en llamar a los teléfonos que figuraban. Llegó al hospital con 204 kilos y hoy, con la supervisión del cirujano digestivo Cristóbal Durán y una nutricionista, ya bajó a 201. También le hicieron análisis para el ‘baipás gástrico’ al que se someterá la segunda quincena de este mes, cuando llegue un equipo de médicos estadounidenses.

“No sabe cuán importante es para mí. Es la ayuda que esperaba”, asegura mientras se le dibuja una sonrisa en el rostro. Y es que en repetidas ocasiones Álex intentó bajar de peso a punta de dietas y lo máximo que logró perder fue 43 kilos hace 12 años. Desde entonces siguió engordando hasta llegar a 225 kilos.

“Estoy esperando que todo salga bien, estoy seguro de que son buenos médicos, lo demás se lo dejo a Dios”, dice. Pese a su sobrepeso, es un paciente relativamente sano, porque solo sufre artrosis de rodilla que por seis meses le impidió caminar bien.

Gracias a un remedio casero el dolor bajó y ahora puede andar con más seguridad como lo hizo el viernes por los pasillos del hospital Japonés para dirigirse a su vagoneta en la que trabaja de taxista. Al sentarse, su cuerpo roza con el volante, pese a que el asiento está echado del todo hacia atrás. Lamenta que algunos pasajeros vayan incómodos por esta razón.

Durán estima que con la operación su paciente llegará a pesar unos 100 kilos. Un total de 15 personas obesas se beneficiarán con esta campaña del 15 al 18 de julio que cuenta con el apoyo de la Catedral Santa María y San Marcos Copta Ortodoxa, la Fundación Amor y Esperanza y el Centro de Salud Copto Ortodoxo Papa Shenouda III.

La Organización Mundial de la Salud considera obesidad cuando el hombre tiene 102 centímetros o más de cintura y las mujeres, 88 cm o más.

Mejor calidad de vida

La mayoría de obesos desarrolla otras enfermedades como diabetes, presión alta, alteraciones de grasas en la sangre (colesterol y triglicéridos altos), apnea de sueño y hasta infertilidad en el caso de las mujeres.

Según Durán, con la cirugía de reducción de estómago la mayoría de los pacientes llega a curarse de estas enfermedades, incluso de la diabetes tipo 2.

A medida que va bajando de peso, la persona también mejora su autoestima y retoma muchas actividades de una vida normal, desde salir a la calle. Por esa razón, todo el proceso va acompañado de especialistas, incluyendo un sicólogo.

La cirugía normalmente cuesta unos $us 10.000, pero en la campaña el costo se reduce a un máximo de $us 400, aunque hay pacientes de muy escasos recursos para los que será gratuita.

Durán explica que la internación dura entre tres y cuatro días, a fin de evitar complicaciones, pero el posoperatorio implica varias etapas. En los primeros tres meses el paciente debe aprender a comer de nuevo, primero líquidos y papillas, luego alimentos blandos y recién sólidos. Finalmente, retoma su dieta normal, pero come seis veces al día y en porciones pequeñas. También hay asistencia sicológica

CIFRA

15%
De la población es obesa
Esa es la incidencia de esta enfermedad en Santa Cruz, con una tendencia creciente, según los médicos. El 30% de la población sufre sobrepeso.

50
AÑOS
Es la expectativa de vida para las personas superobesas. Y entre 50 y 60 años para los obesos, según cifras mundiales

HABRÁ MÁS CIRUGÍAS GRATUITAS PARA OTROS

El 13 de junio se inició la preselección de pacientes para esta campaña, etapa que culmina el 12 de julio. La iniciativa también incluye cirugías laparoscópicas de colon (tumores), y cirugías ginecológicas y uroginecológicas laparoscópicaspara mujeres con tumores y quistes en los ovarios, tumores en la matriz y descenso de vejiga.

Además, los médicos estadounidenses harán cirugías coronarias (colocación de Stents) en la clínica Incor, toda vez que en el hospital Japonés existen algunos equipos dañados. El cobro es mínimo y solo cubrirá los costos hospitalarios. Paralelamente, los especialistas dictarán seminarios internos en el hospital. Mayor información sobre la campaña en los teléfonos 3462031 o 3455093.

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