jueves, 26 de noviembre de 2015

Azúcar, dulce suicidio

Con sólo 16 calorías por cucharadita, ¿qué mal puede hacernos el azúcar?

Sin embargo, la realidad es que el azúcar es una sustancia tan adictiva como las drogas, y que provoca estragos en el organismo.

Cuando consumimos azúcar (sacarosa) el sistema inmunológico se debilita durante 6 horas, lo que nos hace más vulnerables a los gérmenes, virus y bacterias nocivas.

Por otro lado, el azúcar reduce las ganas de comer alimentos nutritivos como las verduras, lo que puede resultar en carencias nutricionales.

El alto consumo de azúcar es el principal culpable de la mayoría de las enfermedades crónicas que azotan a nuestra sociedad: Diabetes, hipertensión, arterioesclerosis, obesidad, cáncer, alzheimer, candidiasis, eczema, síndrome premenstrual, etc.

El azúcar blanca refinada que consumimos habitualmente es sacarosa sintetizada de forma artificial, y que por tanto, no contienen ninguna de las vitaminas o minerales que el cuerpo necesita para procesarla, por lo que el azúcar no aporta nada desde el punto de vista nutricional, por el contrario, roba al organismo minerales y vitaminas (principalmente las del grupo B), razón por la cual se dice que en los países desarrollados las personas se alimentan pero no se nutren. Por si esto fuera poco, en el proceso industrial de refinado y blanqueado del azúcar se emplea ácido sulfúrico, por lo que éste suele contener residuos de sulfitos y bisulfitos.

El ASBESTOS al ser tan afilado como el cristal, cuando se mueve por el cuerpo va agujereando las células que encuentra a su paso.

Entonces, ¿la solución consiste en sustituir en azúcar por los EDULCORANTES ARTIFICIALES?

Desgraciadamente, como reza el refrán, muchas veces es peor el remedio que la enfermedad...

El edulcorante sucralosa es básicamente azúcar clorada, y por tanto, presenta muchos de los riesgos del cloro. Las dioxinas son un subproducto del procesado del cloro, un carcinógeno 300.000 veces más potente que el DDT. Lo descubrió por error un investigador que trabajaba con compuestos para elaborar pesticidas. Muchos refrescos utilizan la sucralosa como edulcorante. No debemos olvidar leer los ingredientes listados en la etiqueta antes de comprar un producto.

La sacarina también es un carcinógeno, que ha sido prohibido hace años en muchos países.

Pero sin duda, el peor de los edulcorantes artificiales es el ASPARTAMO (E951), que también podemos encontrar en los refrescos light y en algunos medicamentos (leer siempre los prospectos).

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