No existe una causa psicológica primaria en la aparición de la obesidad, sino la combinación de varios aspectos psicológicos que interactúan con la herencia genética, los hábitos alimenticios y el sedentarismo.
Por lo que para tratar el problema de sobrepeso y obesidad se necesita identificar y tratar las características psicológicas del paciente. Los profesionales que tratan con éstos pacientes deben proporcionar apoyo, información, educación, fortalecer y facilitar la expresión de éstos conflictos y así ayudar verdaderamente.
Las personas más allegadas como la pareja, los padres, hermanos y amigos juegan un rol importante en la aparición y mantenimiento de la obesidad, ya que puede haber un interés consciente o inconsciente en que estos kilos sobrantes desaparezcan.
Algunas de las razones pueden ser:
-Necesidad de justificación hacia uno o la pareja de la inapetencia o disfunción sexual.
-Deseo de castigo a la pareja por supuestas o
reales ofensas del pasado.
-Deseo de compensar o equilibrar defectos o superioridades físicas, intelectuales del otro.
-Buscar la seguridad de no ser abandonado evidenciando una limitación o minusvalía que genera la obesidad.
Cómo se lleva a cabo esto:
-Cuando la persona con problemas de sobrepeso desea iniciar un régimen alimentario saludable, la pareja le propone las más apetitosas comidas para frustrar el intento de bajar de peso.
-Haciéndole ver que existe otros problemas de mayor importancia que el bajar de peso, como que desatiende a los hijos, el negocio, el trabajo, la casa o asuntos más importantes. Dando a entender que si se interesa por su aspecto físico es una persona egoísta.
-No dando importancia a los kilos perdidos, o diciéndole frases como "no se te nota", "tanto esfuerzo para nada", "no sé si vale la pena", "tanto gasto para nada".
-Resaltando la molestia de cocinar o buscar comidas saludables al margen de los demás, resaltando el costo económico del tratamiento.
Este comportamiento no se da en todas las parejas, solo en algunas y es muy difícil darse cuenta ya que es sutil y pasa desapercibido.
Además de la pareja, otro familiar que puede boicotear los intentos por adelgazar, lo sepa o no es la madre. Algunas de las razones conscientes o no son: el miedo a quedarse sola, ya que si el hijo o la hija se encontraran satisfechos con su peso, se relacionará más, saldrá con amigos y formará una pareja. Esto se evidencia mayormente en madres que no cuentan con una vida social y afectiva al margen de los hijos.
El éxito del tratamiento de sobrepeso y obesidad, además de la reducción de peso mediante técnicas médico estéticas debe traer resultados positivos en la calidad de vida, integrando activamente el ejercicio físico, una mejor y mayor aceptación de la imagen corporal, un cambio real y permanente de hábitos saludables de alimentación, junto con una conciencia de enfermedad que conduzca a una evitación de las recaídas, tan frecuentes en este proceso, pero que no significan un fracaso en el tratamiento.
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