viernes, 19 de abril de 2013

Comida, una adicción que puede matar

POCO CONOCIDA | NO MUCHOS SABEN QUE LA COMIDA TAMBIÉN ES CONSIDERADA UNA DROGA CUANDO SE ABUSA DE ELLA. SUS EFECTOS PUEDEN SER FATALES. Anorexia y bulimia, las dos manifestaciones patológicas más frecuentes unidas a la ingesta de alimentos. En una, el paciente se ve y se siente pasado de peso aunque no lo esté, en la otra, el que come se autoinduce el vómito para no ganar peso. Sin embargo hay otro tipo de problema no tan conocido, pero igual de complejo. La adicción a la comida es un término contemporáneo usado para describir un trastorno patológico; el deseo compulsivo y excesivo por el consumo de comida. Esta condición no solo se manifiesta por el consumo anormal de comida, sino por el consumo y deseo de alimentos que son, por sí mismos, dañinos para el individuo. Aunque la sociedad y los médicos han comprendido eficientemente como adicciones al alcoholismo y al abuso de drogas, solo en años recientes hay igual aceptación al hecho de que las personas puedan ser adictas a la comida de la misma manera. La obesidad se ha convertido en uno de los mayores problemas de salud pública a nivel mundial, su prevalencia continua en rápido incremento en la mayoría de los países, lo que no excluye a Bolivia. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, más de una de cada diez personas en el mundo sufre sobrepeso y, de ellas, 200 millones de hombres y 300 millones de mujeres son obesos. A corto plazo, la obesidad puede afectar a casi todos los órganos causando alteraciones serias que incluyen hipertensión, resistencia a la insulina, hígado graso, complicaciones pulmonares y psicológicas. “Según investigaciones, el 59% de los hombres y el 48% de la mujeres del mundo tienen sobrepeso u obesidad, por no proporcionar a su organismo los nutrientes esenciales y fluidos en el momento más crítico del día. En Bolivia la obesidad alcanza al 40% de la población”, asegura el doctor Felipe Melgar Cuéllar, que conforma el Consejo Consultor de Nutrición de Herbalife con sede en Estados Unidos. ¿CÓMO EMPIEZA ESTA ADICCIÓN? De acuerdo a lo que explican varios analistas, la adicción a la comida está generalmente ligada a problemas emocionales, donde quien consume se siente de alguna manera, y por un corto tiempo, consolado por los alimentos. El pensar en la comida como un consuelo empieza prácticamente desde que nacemos. El bebé tiene hambre, la madre lo acuna y le da de comer, proporcionándole el mayor bienestar. A medida que pasa el tiempo, el bebé convertido en niño, debe aprender que la alimentación saludable es parte imprescindible de su crecimiento, pero no un premio. Los padres deben enseñarle al niño hábitos saludables de alimentación como comer despacio, masticar bien los alimentos, escoger aquellos que aporten energía y vitaminas, y no sólo grasas, etc., además de animarlo a hacer alguna actividad física. El 33% de los hijos de padres con sobrepeso tendrá sobrepeso, según la Organización Mundial de la Salud. La mala alimentación y la progresión del sobrepeso en un infante están consideradas como una forma de maltrato infantil. Es obligación de los padres hacer lo posible por criar hijos con hábitos sanos, a riesgo de que al no hacerlo, estén condenando a sus hijos a una vida adulta llena de problemas físicos y emocionales. Al ser una de las principales causas de mortalidad en el mundo, la quinta de acuerdo a la OMS, el incremento de esta patología a nivel mundial, sus consecuencias y el costo que demanda la atención de sus complicaciones es una carga muy grande para los servicios de salud de todos los países y sobre todo una amenaza para calidad de vida de la población. COMIDA Y EMOCIONES Una persona es adicta a la comida cuando esta ocupa una parte importante de su tiempo, ya sea porque come o porque piensa mucho en la comida y sus emociones están relacionadas a la cantidad de comida o a su manera de comer. La raíz del problema no está en lo que se come o en la cantidad de comida, sino en la razón por la que se come. Entre las principales causas de la adicción a la comida encontramos poca tolerancia a la frustración, pocas habilidades para resolver problemas; un mal manejo emocional, impulsividad e insatisfacción. La mayor parte de la gente que tiene un problema de adicción a la comida, no lo supera porque se enfoca en lo que come y en lo que debe de comer, pero no en la causa real. Para superar la adicción a la comida, el paciente debe enfocarse en las causas y sus soluciones, no sólo en lo que come. Es importante tomar en cuenta que hay ciertos alimentos, que por sí mismos, crean adicción y que un hábito muy arraigado, requiere de tiempo y esfuerzo para cambiarlo. Pero con frecuencia, dentro del deseo de tener una vida más fácil y cómoda, generalmente quien sufre el desorden no está dispuesto a hacer el esfuerzo y aguantar las molestias que un cambio en sus costumbres alimenticias implica, a pesar de ver y sentir cómo su calidad de vida se va deteriorando. LA RECUPERACIÓN La adicción a la comida es una condición seria con muchos efectos adversos para la salud. El primer paso para la recuperación es la concientización y aceptación del problema. La dependencia fisiológica y psicológica de los alimentos puede ser superada cuando el individuo reconoce que no tiene el poder para combatirlas por sí mismo y busca ayuda especializada. Médicamente, los individuos deben identificar cuales alimentos —los alimentos detonadores— provocan los síntomas y deseos. No hay manera fácil de combatir la adicción a la comida; se necesita de una disciplina intensa para modificar los patrones alimenticios y el estilo de vida, por lo que es necesario un programa de ejercicios manejable, que debe ser adoptado junto a cambios en la dieta que puedan ser mantenidos. Querer cambiar de un día para otro para perder peso de manera rápida, rara vez tiene éxito a largo plazo. Es importante notar que no sólo las personas con sobrepeso pueden ser adictas a la comida. Los adictos a la comida provienen por igual de todas las edades, razas y géneros. Pueden tener sobrepeso, bajo peso y algunos un peso normal, pero todos tienen en común la obsesión con la comida.

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