jueves, 8 de mayo de 2014

El régimen dietético de antaño

La base de esta dieta consiste en consumir alimentos de origen animal y vegetal, ya que las frutas, verduras, hierbas y especias no proveen muchas calorías y representan la principal fuente de micronutrientes como las vitaminas, minerales, antioxidantes, entre otros. En cuanto a los alimentos de origen animal, producen poca insulina y ofrecen cantidades destacables de proteínas.

Comer como antes puede ayudar a perder hasta un kilo de grasa por semana si se respetan algunas condiciones. En primer lugar, se debe consumir suficientes proteínas para preservar la masa muscular. También es importante limitar el aporte en glúcidos para moderar la producción de insulina y quemar las grasas acumuladas en el organismo. De hecho, se trata de evitar consumir azúcar, postres y bebidas dulces. Se debe privilegiar otras fuentes de glúcidos como el pan, los cereales, feculentos y fideos. Finalmente, se recomienda optar por ingerir alimentos que conllevan rápidamente a la sensación de saciedad y proveen suficiente energía.

La ventaja principal de esta dieta es que es sencilla, pero a la vez económica y sus resultados son notables. Sin embargo, existen inconvenientes como la monotonía de este régimen dietético, las restricciones que necesitan disciplina y también el riesgo de engordar luego de haber perdido peso. Asimismo, es primordial variar los alimentos consumidos para evitar sufrir de carencias y déficits nutricionales.

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