jueves, 12 de marzo de 2015

Mi hijo adolescente quiere hacer dieta



La etapa de la adolescencia implica grandes cambios fisiológicos, emocionales y sociales. Estos cambios tienen que ver con cómo los chicos y chicas afrontan las nuevas formas de sus cuerpos, lo que a veces los lleva a hacer dietas exageradas o mucho ejercicio para una mejor socialización. En estos casos es importante el seguimiento que hagas de la alimentación de tus hijos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define al grupo de adolescentes como la población comprendida entre los 10 y los 19 años, aunque no tiene límites definidos. Durante este periodo el crecimiento es acelerado, con un aumento importante de talla y de masa corporal. La alimentación cobra entonces gran importancia por los altos requerimientos nutricionales.

Por ello, la pediatra Daniela Rico recomienda no descuidar las porciones mínimas diarias para su salud. “Lo que los chicos hacen normalmente es tratar de sacar de su dieta los azúcares y los sustituyen por edulcorantes como la stevia y otros. Por la edad en que están es necesario que consuman azúcar”.

Los alimentos grasos y derivados de la leche también son importantes en esta etapa y no llegan a engordar como sucede con la combinación de carbohidratos, lo que no significa que no deban consumirlos, porque eso es lo que les da energía. “Lo importante es no mezclarlos, por ejemplo, no se debe comer papa con arroz o con fideo, lo mejor es que se elija uno de los tres y se acompañe con verduras y algún tipo de carne”, recomienda la especialista.

En cuanto a la práctica excesiva de ejercicios, el pediatra Víctor Hugo Urquiete manifiesta que no es aconsejable cuando una persona está en etapa de desarrollo. “Es bueno que los adolescentes practiquen deportes, pero que no sean muy pesados ni se lo haga de manera exagerada. Es importante que después de cada práctica se alimenten sanamente, evitando la comida chatarra, que es la que en realidad engorda”, expone el galeno.

Urquiete sugiere un jugo de frutas con leche, una fruta pura o un cereal a manera de merienda hasta que llegue una de las cuatro comidas importantes del día que son el desayuno, el almuerzo, el té y la cena.

La psicóloga Laura Saavedra señala que los adolescentes, por ser ya independientes, deciden lo que van a comer o no y muchas veces rechazan lo que creen que les engorda. Por ello es muy importante hablarles sobre las consecuencias de una mala alimentación que puede derivar en desnutrición, debilidad y, en el peor de los casos, en bulimia o anorexia.

Variedad

Ofrécele una comida variada en colores, con verduras y frutas. Una buena ensalada no tiene solo lechuga.

Grasas

Busca la forma de que se consuma algún derivado de la leche (mantequilla, queso), porque aporta vitamina B.

Leche

La leche saborizada con azúcar puede traer problemas si se toma en demasía; prefiere la sin azúcar ni sabores.

Fuente: Daniela Rico y Víctor Urquiete (pediatras) y Laura Saavedra (psicóloga). Con datos de: www.saluddealtura.com.


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