jueves, 2 de julio de 2015

Dejaste la dieta? Todavía hay esperanza

La primera regla es saber cuál es la motivación que nos lleva a reducir las calorías de nuestra dieta diaria para perder los kilos que están de más. Normalmente obedecen a cuestiones de estética, bienestar y salud.

“Todas las razones son legítimas, pero hay que tenerlas bien claras para cuando aparezcan las dificultades en el transcurso de la dieta”, recomienda el psicólogo Rubén Pérez, que junto a otros especialistas en nutrición, ha participado en el libro “La dieta alea” (Editorial Zenith) que promueve una alimentación equilibrada basada en la dieta mediterránea.

Tener confianza dietética

Estos expertos manejan el concepto de “confianza dietética”, es decir, la confianza que una persona tiene en sí misma para cumplir la dieta. “Cuanto más estrictos somos con la dieta, mayor es nuestra confianza dietética y, a la vez, mejor es el cumplimiento”, apuntan.

Si una persona ha empezado diferentes dietas y ha fracasado, un nuevo intento irá unido a baja confianza y al escepticismo de conseguir el objetivo.

“Debemos evitar que se produzca el fenómeno de la “profecía autocumplida”, cuando la idea que temes, haces que se cumpla. Si pensamos que va a ser una dieta más, probablemente busquemos indicios que provoquen que no funcione”, señala el especialista.

¿Qué ocurre cuando de repente nos saltamos el régimen? Pues que al mermar la confianza aparece el sentimiento de culpa poniendo en peligro la continuidad.

“Nos podemos sentir culpables por haber trasgredido pero hay que revisar las motivaciones, anotarlas y retomar la confianza”, aconseja el psicólogo.

Comportamientos durante la dieta

Lo normal es que haya altibajos de comportamiento durante el proceso de adelgazamiento. Además del sentimiento de culpa cuando incumplimos la regla, es muy habitual que aparezca ansiedad y asaltamos la nevera de forma descontrolada.

También aparece la desmotivación generalmente ligada a que no se consigue el peso deseado en un tiempo concreto. “A lo mejor no se pierde lo pautado en seguida, la recompensa está a medio o largo plazo pero como está tan diferida cuesta mucho mantener la conducta”, indica el especialista.

Objetivo: aprender a comer

Para evitar muchas de esas conductas lo adecuado es plantearse la dieta, equilibrada y pautada por un especialista, como una forma saludable de aprender a comer.

“Insistimos mucho -explica el psicólogo- en que la dieta debe ser una técnica más de modificación de conducta. Lo que se cambia no es tanto el peso, sino los hábitos. Si el peso baja y se vuelve a la conducta inicial, se vuelve a ganar. Si lo que cambia son los hábitos, se mantiene el peso adecuado”.

Y eso es lo que ocurre con aquellas personas que han fracasado en las distintas dietas, su fin ha sido perder peso y una vez conseguido han vuelto a su conducta anterior sin cambiar los hábitos que, en líneas generales, consisten en una dieta equilibrada entre hidratos de carbono, proteínas y grasas; comer cinco veces al día; beber unos dos litros de agua al día y hacer ejercicio de forma regular.

“Hay que replantearse la dieta como un curso de cocina: aprender a comer y seguir unos hábitos sanos para mantener el peso saludable”, afirma Rubén Pérez.

LA REGLA DE LOS TRES PASOS

Para aprender de los errores, Rubén Pérez propone además otros recursos psicológicos y anímicos.

Hasta las personas más estrictas sucumben: Saltarse la dieta alguna vez, es algo natural. Incluso hay ocasiones en las que las circunstancias lo hacen inevitable. Una transgresión que no tiene mayor importancia si en la siguiente comida se aplican las normas.

“Si el usuario incumple la dieta en una toma, debe tener en cuenta que hay otras cuatro a lo largo del día para poder cumplirlas, pero a veces esto se utiliza para romperla y liberarse. Una excusa a nivel psicológico: como ya lo he hecho mal, ya hago todo mal”, según Rubén Pérez.

El psicólogo propone en “La dieta Alea” la regla de los tres pasos que, si nos saltamos el régimen, servirá como “cortafuego” para seguir cayendo en la tentación.

No te agobies: fuera el sentimiento de culpa, ni pienses que ya se ha estropeado todo.

Haz bien la siguiente toma: Siempre mirar hacia delante, hacia lo que vamos a seguir haciendo bien, y no hacia atrás, a lo que hemos hecho mal. Cumplir las siguientes tomas permitirán reconducir la situación.

Intenta no caer de nuevo: Controlar para no volver a repetir ese error. Es un proceso de aprendizaje que cuesta esfuerzo, pero que tiene resultados.

Y otro consejo es rechazar los pensamientos nocivos como “Total, por un día…” ; “O lo hago todo bien o lo hago todo mal” o

“De perdidos al río” que impiden reconducir la transgresión o también aquellos como “esto no engorda mucho” o “si me paso, luego lo compenso” que llevan al autoengaño.

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