Algo tan simple como un vaso de agua con limón y jengibre en la mañana
tiene el poder de destruir esos kilos de más. Todo gracias a un proceso:
la termogénesis, un procedimiento en el que tu cuerpo genera energía o
calor al aumentar la tasa metabólica de los niveles normales. Es decir,
que la grasa se separa del cuerpo y se disuelve. Y aunque parezca algo
imposible de conseguir, la termogénesis se alcanza con varios métodos:
suplementos, ejercicio, nutrición o, aunque suene contradictorio, frío.
Según un estudio, publicado en el año 2015 en el European Journal of
Nutrition, añadir pimientos picantes y aceite de coco a una comida
incrementa la termogénesis en un cincuenta por ciento. ¿Lo interesante
de este proceso? Que los investigadores concluyeron que este efecto
contribuye de manera significativa a la pérdida de peso.
Regresando al principio, un vaso de agua caliente con limón en la
mañana activa la termogénesis. Sí, ese remedio casero que muchas
celebrities abalan es beneficioso. Si además le sumamos la raíz del
jengibre, otro quema grasas destinado especialmente a deshinchar nuestro
cuerpo, descubriremos que perder peso es mucho más sencillo de lo que
parece. ¿Más aliados contra las calorías extra que nos habitan? El
vinagre de manzana, la canela, el salmón, el perejil, los chiles, el
apio, el ajo, las especias, el té verde… Todos estimulantes de la
termogénesis y, en la mayoría de los casos, saciantes.
El consumo de estos alimentos, por tanto, conduce al cuerpo a quemar la
grasa blanca, esa siniestra lípido causante (parcial) del sobrepeso y
la obesidad.
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