sábado, 10 de octubre de 2015

Genética de la obesidad

Los genes influyen de manera significativa en la obesidad, es por eso que algunas personas son más propensas a aumentar de peso y a contraer afecciones relacionadas con la obesidad.

Investigadores analizaron muestras genéticas de más de 300 mil personas e identificaron más de 140 localizaciones en sus muestras de ADN que podrían tener un papel en la obesidad. También identificaron nuevas vías biológicas con un papel importante en el peso corporal y en la distribución de la grasa.

Uno de esos estudios, cuyos resultados fueron presentados en marzo en el Congreso Americano de Cardiología, en San Diego, California, se centró en los genes que afectan al lugar donde se almacena la grasa en el cuerpo, que afecta al riesgo para la salud. Por ejemplo, las personas con más grasa en el abdomen tienen más probabilidades de sufrir afecciones metabólicas como la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares que las que tienen más grasa en las caderas o distribuida por todo el cuerpo.

Se necesita conocer estas localizaciones genéticas porque los distintos depósitos de grasa suponen riesgos distintos para la salud. Si se pudiera averiguar qué genes influyen en el lugar donde se deposita la grasa, eso podría ayudar a los médicos a comprender el mecanismo biológico que conduce a varias afecciones de la salud, como la resistencia a la insulina y la diabetes, el síndrome metabólico y las enfermedades cardiacas.

Otro estudio observó el vínculo entre los genes y el índice de masa corporal (IMC), un estimado de la grasa corporal basada en la estatura y en el peso. También hallaron que las localizaciones genéticas asociadas con el IMC estaban vinculadas con áreas que controlan factores como el apetito y el uso energético.

Esto demuestra con claridad que la predisposición a la obesidad y un IMC más alto no se deben a un solo gen o un solo cambio genético, por lo que la gran cantidad de genes hace que sea menos probable que una solución para vencer a la obesidad funcione para todo el mundo, además de abrir la puerta a posibilidades de usar las pistas genéticas para ayudar a combatir este problema.

El próximo paso será averiguar exactamente cómo funcionan los genes y cómo hacen a las personas más susceptibles a la obesidad.

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