lunes, 5 de septiembre de 2016

¿Cómo detectar la anorexia y bulimia?



Para la psiquiatra española Montserrat Graell, coordinadora de la Unidad de Trastornos de la Alimentación del Hospital Niño Jesús de Madrid, aunque el pronóstico de trastornos psiquiátricos como la anorexia y la bulimia ha aumentado a lo largo de los últimos 25 años, los médicos se mantienen en alerta por un aumento en el diagnóstico de casos en varones.

Esta situación, explica la doctora Graell en el espacio de radio “El Bisturí” de EFESalud, es una oportunidad para que los pediatras y los médicos de atención primaria identifiquen señales comunes de la anorexia y la bulimia en niños y de esta forma, se logre avanzar en la atención temprana y el tratamiento a los pacientes y sus familias.

¿Por qué se da más en mujeres?

Según las tasas de género “por cada 9 chicas afectadas hay un chico, especialmente en la adolescencia” afirma la doctora Graell. Si tenemos en cuenta a los niños en edad escolar, por debajo de los 13 o 14 años, “por cada 9 chicas hay 6 chicos” agrega la especialista.

La prevalencia de casos en chicas podría estar relacionada con el inicio en la pubertad, cuando el cuerpo de la niña empieza a cambiar y a transformarse en mujer. Además, hay una mayor incidencia en familias que le dan demasiada importancia a la imagen y la estética, según lo explica la psiquiatra.

También existe un componente genético que se “despierta” en algunas personas, disparado por la influencia del entorno y la falta de autoestima, que las hace más vulnerables a sufrir un trastorno mental a lo largo de su vida.

En caso de no intervenir a la paciente con un tratamiento multidisciplinario, que incluya terapia psicológica y psiquiátrica, a futuro pueden aparecer consecuencias nefastas para la salud fisiológica como desnutrición, osteoporosis y hasta la muerte. La mayoría de los efectos negativos se dan en el entorno social, ya que la frustración y la depresión pueden limitar su capacidad para el trabajo o el estudio.



SIGNOS DE ALARMA DE ANOREXIA

• Los cambios en la preocupación por el físico
• Se miran al espejo y se quejan de estar gordos (y generalmente están flacos)
• Aparece el interés por las dietas
• Obsesión con las calorías y la composición de los alimentos
• Preocupación por lo que se va a comer en casa
• Saltarse el almuerzo o la cena
• Cambios de estado de ánimo: irritabilidad, tristeza, o preocupación
• Pesarse todos los días
• Tomar laxantes



SEÑALES DE BULIMIA NERVIOSA

• Consume alimentos de forma compulsiva y rápida (atracones)
• Toma laxantes y diuréticos
• Sube y baja de peso constantemente
• Vomita frecuentemente (inducido)
• Hace comentarios negativos sobre sí mismo (baja autoestima)
• Se pone irritable y cambia constantemente su estado de ánimo
• Se aísla de la familia y amigos


¿CUÁNTO TARDA LA RECUPERACIÓN?

El tratamiento tarda una media de cuatro años para conseguir las tasas de recuperación. “Una vez pasados estos años de tratamiento intensivo, dedicando mucho tiempo de terapia semanal, se va a requerir un periodo de seguimiento para evitar recaídas” dice la experta.

En edades entre los 13 y los 15 años, “un 60 por ciento alcanza la recuperación total, y un 20 por ciento la recuperación intermedia” señala la psiquiatra. El 15 o 20 por ciento restante, puede tener un curso crónico y tiende a oponer resistencia al tratamiento. “Este grupo tiene una forma más grave de la enfermedad, y nuestros esfuerzos van dirigidos a modificar este segmento”, advierte la doctora Graell.

Tan solo en la Unidad de Trastornos de la Alimentación del Hospital Niño Jesús de Madrid en 25 años de servicio, se brinda un tratamiento a niños hasta los 18 años, y “se ven aproximadamente a unos 200 pacientes nuevos al año, dependiendo de la gravedad“, concluye la doctora Graell.



SIN CAMPAÑAS GLOBALES DE PREVENCIÓN

Frente al aspecto de la prevención, la doctora Graell señala que “ahora es más visible la gravedad de la enfermedad en la sociedad, en las familias y en la escuela”, pero advierte que las iniciativas para concienciar sobre esta problemática no alcanzan la magnitud necesaria para tener un mayor impacto. “Es tiempo de empezar campañas de prevención globales”, afirma.

Para la experta, con los tratamientos lo que se busca es “una mejoría en los hábitos de vida de la persona, no sólo en alimentación, sino también en la actividad física”, para generar una estabilidad en la salud mental del paciente.

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