jueves, 19 de enero de 2017

8 propósitos de año nuevo que debes (y puedes) cumplir



Con el estreno del nuevo calendario siempre vienen a tu mente los mejores propósitos: adelgazar y dejar de fumar, dormir más, ir al gimnasio todos los días, ganar una maratón, reunirte con los amigos, aprender idiomas, viajar por el mundo… Pero casi siempre el listado de compromisos o las ‘New Year resolutions’ se queda en la mitad de la mitad. El foco del fracaso radica en enredarse con una agenda infinita de tareas que no llevan a nada. Recuerda, el secreto está en no sobrepasar un número excesivo de objetivos. Aquí van los esenciales.

1. Bajar de peso: empieza por reconocer el error

Mantener un peso adecuado asegura vivir más y mejor. Nuestro cuerpo no está preparado cuando se sobrepasa el umbral de grasa extra, y las articulaciones y los órganos internos sufren, el metabolismo trabaja a toda máquina y el corazón ha de ponerse al límite para sobrellevar los kilos de más. “La clave pasa por reconocer que hemos hecho algo mal, entonces estaremos dando el primer paso para mejorar. Si uno mismo no es capaz de identificarlo, lo mejor es acudir a un profesional colegiado que pueda enseñarnos una rutina alimentaria saludable y compatible con nuestro estilo de vida”, indica la nutricionista y dietista María Astudillo.

2. Dejar de fumar y de beber alcohol es posible

Una vez más, te prometes beber menos alcohol y dejar de fumar. Si titubeas a principios de año, recuerda el mensaje tajante de la OMS: consumo cero. “Si quieres antioxidantes, hay que olvidarse de la copita de vino. No hay nada mejor que una ración extra de frutas y verduras. Respecto al tabaco, en España más de 150 personas mueren al día por enfermedades relacionas con los cigarrillos. Solo uno de cada diez fumadores consigue dejarlo por sí mismo, por lo que se recomienda buscar la ayuda profesional, por ejemplo, en programas regulares en la Seguridad Social con neumólogos y psicólogos, que cada vez gozan de mayor popularidad dados sus buenos resultados”, explica Astudillo, creadora de la dieta ALEA.

3. Realizar ejercicio físico: no pienses en ganar el maratón en febrero

Este es el objetivo clásico de cara a iniciar un nuevo año y uno de los que más cuesta cumplir. Sin embargo, como apunta el psicólogo Francisco Estupiñá, este compromiso requiere una preparación psicológica previa para asumir los costes que implica ponerse a hacer deporte, como vencer la pereza, las agujetas y la inexperiencia, antes de que te enteres de los beneficios en el medio plazo. “Es fundamental ponérnoslo fácil y elegir muy bien la actividad a desarrollar. Debe resultar atractiva, divertida y satisfactoria. También cabe plantearse objetivos a largo plazo, aunque sin exigirse un nivel que cause frustración. Ponerse en manos de un entrenador profesional puede parecer más complicado que calzarse las zapatillas y salir a correr, pero las ventajas en términos de compromiso a largo plazo, adaptación a nuestro estado físico y evitar lesiones, pueden compensar sobradamente el coste”, sugiere. “La OMS recomienda caminar unos 150 minutos a la semana, es decir, veinte minutos al día. Una propuesta para mejorar la situación sería empezar en enero a caminar media hora, todos los días o día sí-día no. En febrero, subir a cuarenta minutos y así hasta lo que se pueda. Nos sentiremos más fuertes, física y mentalmente, menos ansiosos, descansaremos mejor y gestionaremos mejor nuestras emociones. Reduciremos el riesgo de accidentes cerebrovasculares y de cánceres”, anota Astudillo.

4. Socializar: más quedar y menos Twitter

Nadie discute que para la mayoría de las personas, las relaciones sociales representan una necesidad básica, pero con frecuencia acaban relegadas por el trabajo y la familia. “Muchas veces tratamos de compensarlo con sustitutos de baja calidad, como las redes sociales o los planes desenfrenados de fin de semana con la intención de ver a todo el mundo para acabar no habiendo pasado tiempo con nadie. Conviene recordar que las relaciones sociales ‘premium’ requieren una dedicación, si no exclusiva, al menos limitada a un número pequeño de personas a la vez, y una actitud adecuada como estar dispuesto a escuchar con interés y a revelar cosas de nosotros mismos, nuestras opiniones y sentimientos. Una investigación de varias universidades de Estados Unidos y Canadá asoció un mayor número de relaciones personales con un mejor funcionamiento de nuestro sistema inmunológico.

5. Dormir mejor: libros y tabletas, fuera de la cama

El sueño es una necesidad fisiológica, pero a diferencia del hambre o la sed, es la primera víctima que sucumbe a una agenda complicada, una falta que después de cobra con fatiga, somnolencia diurna y alteraciones en el metabolismo. Una posible solución está en comprometerse a respetar el sueño como una necesidad prioritaria. “establecer un buen balance entre el sueño y la vigilia es imprescindible para los procesos biológicos de reparación de nuestras neuronas”, explica la doctora Sagrario Manzano, coordinadora del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología.

6. Evitar el estrés: desenchufa las preocupaciones

Admítelo, todos tenemos límites, tanto en las tareas que puedas hacer como en la presión que puedas soportar. “Cuando alguien está presionado o cargado en exceso, su rendimiento se deteriora, y a partir de un cierto punto, más esfuerzo no significa mejor resultado, con el riesgo en el largo plazo de desarrollar trastornos asociados al estrés, como la depresión o la hipertensión arterial. Hay que controlar la presión que soportamos y no asumir más tareas de las que efectivamente podemos hacer. Es fundamental aprender a decir no”, advierte Estupiñá.

7. Mejorar el estado de ánimo: viaja, hazte voluntario o vuelve a las aulas

Si has acabado el año con el estado de ánimo algo bajo, la receta más sencilla está en la actividad. Lanzarse en proyectos que hagan experimentar emociones positivas, como viajar o apuntar a un curso o implicarse en una causa, son ingredientes de una vida satisfactoria. Pero no todas las actividades valen lo mismo, recuerda Estupiñá: “Hay tareas pasivas que nos plantean un reto nulo y una satisfacción muy escasa, como ver la televisión sin criterio o navegar en internet sin un interés definido, que nos apartan de cosas importantes. Lo mejor es buscar tareas que nos resulten atractivas y tratar de comprometernos expresamente con ellas, como mínimo anunciando nuestra intención a las personas que tenemos cerca. Pagar una cuota, hacernos responsables de una labor ante otras personas y hacer algo con los compañeros de actividad ayudan aún más”.

8. Haz una cita para tu chequeo anual

No descuides esta cita. Consulta con tu médico cuales son las pruebas de rutina que necesitas según tu género, edad, factores de riesgo y estado de salud. Si eres mujer, mantén al día tus mamografías y tus exámenes ginecológicos, pero hay otras pruebas que también debes tener en cuenta. En el caso de los hombres, ustedes tienden a descuidarse más que sus compañeras y postergan esas pruebas de control y detección. Pero procura que este año sea diferente y déjate guiar por el médico.


No hay comentarios:

Publicar un comentario